Salimos a las 8:30 de la mañana de nuestro departamento en Viena. Teníamos que salir a las 8:00 pero yo de plano me retrasé porque cuando llegamos a un lugar más de una noche siento como si llegara a casa y desempaco y hago mi tiradero, luego tengo que empacar y esta vez no medí mi tiempo.

Decidimos irnos por la libre hasta Bratislava tomando en cuenta que solo era una hora y media de camino. El camino al principio fue más industrial que rural, pasamos por todas la fábricas y refinerías de Viena antes de llegar al aeropuerto y tomar el camino rural. A partir de ahí nos tocaron campos inmensos con girasoles que siempre son un deleite. Llegamos a Bratislava rapídísmo y decidimos buscar un café, en la búsqueda en pleno cruce de caminos se nos acercó un chico en moto y nos preguntó si necesitábamos ayuda, inmediatamente le pedí una cafeteria que estuviera de camino a Budapest. Nos llevó a un cafe a dos cuadras y le invitamos un capuchino por su amabilidad, hablamos un rato y nos contó que había estado por Estados Unidos y que había conocido a varios mexicanos y sentía que había mucha similitud entre la eslovavcos y los mexicanos porque eran amigables y hospitalarios, lo estábamos comprobando con este muchacho rubio de casi dos metros que no paraba de sonreir y que contestaba todas nuestras preguntas. Volvimos a escuchar de su boca malos comentarios sobre Rusia y la situación de la seguridad, algo que a mi en lo personal me tiene preocupada.

Aquí con Daniel, nuestro nuevo amigo de Eslovaquia.

Y la ciudad:

Salimos de Bratislava, dejamos Eslovaquia atrás y nos adentramos a Hungría un par de veces, el camino que tomamos nos llevaba de un país a otro sin darnos cuenta. Alguna de nosotras sí comentó el letrero de entrada y salida de los países, yo ví uno y son del tamaño de una señal de Alto de tráfico, nada, una formalidad. Me encanta esto de que no haya fronteras a pesar de que mi opinión económica y social no concuerde con la Eurozona. Así que en unas cuatro horas entramos y salimos de 3 países, con dos monedas y 3 idiomas y en ningún momento tuvimos que enseñar papeles a nadie.

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