Ruta por los Pirineos. Preparativos

El viaje en moto es la forma más placentera que encuentro para viajar, sobre todo si es con paisajes maravillosos como los que nos regalan los Pirineos. Esta cordillera, como todas las demás, es un dulce para los moteros, hay curvas y vistas interminables que nos permiten disfrutar del aire puro y nos llenan de esa sensación de libertad que es muy difícil describir.

Los Pirineos se formaron a causa de la colisión de la placa Ibérica con la Europea hace unos 80 millones de años, o unos 30, eso dicen. Confieso que no puedo medir el tiempo más allá de unos cuantos siglos, ya me cuesta trabajo visualizar los 7 mil años del invento de la rueda, así que ni pensar en colisiones de hace millones de años. Lo que sí me emociona es ver esas maravillas que tiene el planeta, lo pequeña que me siento ante la inmensidad de una montaña y la libertad que me provoca ir encima de una moto respirando ese aire fresco que a veces huele a tierra, otras a agua y otras a hierba, y también, no puedo mentirles, a el humo de algunos coches que te encuentras por los caminos.

Es una suerte contar con este grupo de amigos que se animó a viajar por primera vez juntos por caminos sinuosos y suntuosos. Siempre es una aventura salir sin conocer a la gente y sin conocer las rutas. El grupo está compuesto por tres mujeres y dos hombres, cada uno en su moto.Cinco motos de diferente marca y diferentes cc (centímetros cúbicos), no entraré en detalles de la física a pocos les interesa pero tiene que ver con el tamaño del motor. A más cc más grande es el motor y la potencia.

Uno de mis placeres relacionados con la moto es el trazar la ruta, buscar hoteles, calcular las horas e imaginar lo que casi nunca sucede. Así, tal cual, porque casi siempre pasa que tomas algún camino alternativo o paras más de la cuenta y haces más horas de las calculadas. Eso sí, en hoteles a lo seguro, hasta ahora no me he visto con reservas canceladas, menos mal. Lo que menos quieres es ponerte a buscar hotel después de 10 horas de viaje.

Después de probar cámara, baterías, revisar las maletas, demasiada ropa como siempre, empacar herramientas, bridas y elásticos, solo queda dormir lo mejor posible que es casi imposible. esperar a la salida.

La ruta lograda