Ruta por los Pirineos día 1

Vielha

Hoy fue un día torpe, quedamos en salir a las 7:30 y a esa hora salí de casa. A pesar de que Pilar me ayudó yo estuve torpe seguramente por los nervios. Salimos muy temprano de Sant Quirze, el punto de salida habitual para nuestros viajes de domingo. A mi me queda a 25 minutos de casa, pero como somos democráticos, salimos de la zona por donde viven la mayoría. Nuestra primera parada sería desayunar en Ponts, un camino ya conocido por la frecuencia con la que salimos a veces hasta aquí, pero ya luego empezaba la aventura de lo desconocido. La segunda torpeza del día la cometí en una estación de servicio, me vieron la cara al cargar la gasolina y no me di cuenta hasta que el tipo borró los litros. Me cobró de más y no pude hacer nada.

El empezar a subir y ver como los Pirineos van creciendo frente a ti es espectacular, yo que siempre quiero grabarlo todo para no olvidar ningún detalle, termino sin batería al poco tiempo y tengo que cambiarla constantemente. Por fin llegamos a Vielha, un pueblo rodeado de montañas, después de todo estamos en los Pirineos, que en invierno es una estación de ski. Llegamos tarde y con mucho calor, nos costó dar con un lugar para comer dada la hora. Encontramos un bar turístico en la plaza donde me comí la ensala más fea y cara de mi vida, unos 20 euros por esa mierda, dos aguas y un café. El pueblo a reventar, el verano fue uno de los momentos del año en que la gente salió como si ya se hubiera erradicado el COVID. Todos teníamos ganas de pasear, de salir, de respirar aire puro.

Hicimos 250 kilómetros en 7 horas, a mi me parece mucho tiempo pero tomemos en cuenta que el tráfico, las paradas a desayunar, comer, cargar gas y estirar piernas te retrasa siempre. Ya para las 8 de la noche estábamos muertos con ganas de irnos a dormir. Nos quedaban varios días de viaje.

Esta es la primera imágen que tomé avistando los Pirineos, fue con la boca abierta por supuesto.

La vista desde la habitación del hotel

Vielha