Gdánsk
- Laura Iñigo

- 28 jul 2015
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 abr 2020
Salí relativamente temprano de Varsovia rumbo a Gdánsk un ciudad al norte de Polonia ya junto al Báltico. Es la primera vez en todos estos días que siento frío y saqué el impermeable para protegerme del viento. La carretera estuvo bastante bien exceptuando el último tramo que, por ser la única ruta, estaba llena de camiones y había mucho aire que te hace aplicar más fuerza en los brazos para no inclinarte demasiado. Otra vez aproveché la moto y rebasé y rebasé hasta que llegué agotada al hotel y salir lo antes posible a conocer la ciudad. A pesar de que el hotel estaba muy bien, tenía el gran inconveniente de estar a 4 kilómetros de la ciudad vieja así que tomé un camión y me bajé en la estación de tren donde di vueltas por 15 minutos hasta ubicar para donde caminar. Es increíble lo mal acostumbrada que estoy con el google maps que te da vueltas y vueltas y te lleva de la manita a donde quieras, no dejen de leer un mapa para no perder esta habilidad.
Me hubiera gustado tener más tiempo para conocer la ciudad, solo conocí la parte vieja y la más turística que es preciosa pero siento que ya se ha convertido un poco en Disneylandia con sus diferentes atracciones turísticas como el barco pirata o el bungee o su rueda de la fortuna.
La ciudad como todas fue destruída casi en su totalidad, lo nuevo que supe es que antes de la II Guerra Mundial vivían muchos alemanes que fueron expulsados al entrar los soviéticos. Curiosos datos que luego no sirven para nada. Lo que si me sorprendió y no sabía es que de aquí merito es Mathias Goeritz.

Y la típica que tiene todo el mundo:





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