La Westfalia y la Romántica
- Laura Iñigo

- 10 ago 2015
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 4 abr 2020
Por fin salí de Hamburgo y me dirigí al sur gracias a la recomendación de mi amiga Vicky, ella tan viajada me sugirió conocer Colonia y su catedral.
Inicié esta nueva ruta sola, Pilar se regresó a Barcelona agotada. La vida del paquete es dura.

Colonia es un destino popular así que decidí quedarme en una ciudad a unos 130 kilómetros llamada Soest, elegí este lugar por su historia y su centro pintoresco, en la edad media era uno de los centros económicos más importantes de la región de Westfalia y mantiene su centro con casas típicas rurales de la región.


A la mañana siguiente me fui por la autopista hacia Colonia, cuando llegué me sentí en una ciudad enorme y eso que su población es más o menos igual a la suma de las Delegaciones Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc. ¿Cómo voy a regresar a México ahora que me acostumbré a las buenas carreteras y a las ciudades pequeñas, dejando a un lado la inseguridad y arropándome en el bienestar? Estuve poco tiempo en Colonia a causa de los turistas, la catedral estaba repleta, salían de las alcantarillas, ya se que soy una turista más pero de plano no aguanto tanta gente.

Sabía que viajar en esta época sería una tortura, es de lo único que me lamenté cuando iniciamos el viaje. El calor y los turistas son los dos factores que te pueden acabar en verano.
La catedral es una joya arquitectónica,vale la pena entrar a codazos como si estuvieras en el metro. Sobrevivió a los ataques aéreos de la Segunda Guerra Mundial excepto por una de sus torres que tuvo que reconstruirse. Parece que es la más visitada de Europa y una de las más grandes. Tiene las reliquias de los 3 reyes magos que ni eran 3 ni eran reyes y quien sabe si fueron a donde dicen que fueron, lo que sí es cierto es que el relicario es una obra de arte.

A unos pasos de la catedral se encuentra el Ayuntamiento que es otra joya arquitectónica, su torre gótica llama la atención a los morbosos que quieren ver con sus propios ojos si en realidad existe esta figura.

Existen muchas edificaciones e iglesias de la edad media que tienen gárgolas o figuras grotescas, esta figura es poco usual y digamos que pornográfica pero es real, está ahí y todos la pueden ver. Es difícil de entender su significado y su propósito. ¿Cómo fue posible que no lo censuraran en su momento? Parece que era una costumbre y que existen varias figuras "explícitas" por toda Europa. Asustada con tanto turista, salí de ahí prometiendo regresar para conocer mejor esta ciudad.
Pasé por Bonn sin mucho interés, no se porque tengo la idea en la cabeza que es una ciudad aburrida, había menos gente y caminé por el centro unas cuantas cuadras pero me regresé a la moto rápidamente. Solo tomé esta foto, no sé porque este edificio me pareció familiar, quizá la vi en alguna foto que mi padre tomó en sus viajes.

Me urgía llegar al Rin y recorrerlo, ésta fue recomendación de David, sentía que tenía el tiempo encima y todavía me quedaban varios kilómetros para llegar a mi destino final del día, la ciudad de Trier. Salí de Bonn por la ruta número 9 que va acompañando al Rin y te lleva directo a Koblenz, me despedí de las autopistas con una lagrimita en los ojos, sabía que no volvería a correr así en mucho tiempo. Snif.

Pasear por la carretera 9 te obliga a pensar en el amor, todo es perfecto para disfrutar esta ruta con tu pareja, ya sea en moto, en un auto clásico convertible o en un barquito por este río maravilloso. ¿Sabían que su nombre proviene del Celta y quiere decir fluir? Hasta el nombre me parece bellísimo.
La zona recomendada para hacer este viaje es la del Valle Superior del Medio Rin que se le conoce como el Rin Romántico y cubre el área entre Koblenz y Bingen. En medio de estas dos ciudades hay varios pueblos que no crecieron más desde que se fundaron debido a los límites topográficos del entorno, casi todos estos pueblos cuentan con un castillo medieval en las laderas o en las cimas de algún risco.

En los casi 70 kilómetros entre estas dos ciudades hay un total de 25 edificaciones históricas entre castillos, palacetes y fortalezas. Están tan cerca uno del otro que de pronto pensé que estaba recorriendo una vecindad de castillos.
La combinación del río con los castillos medievales y las casas de los pueblos te hacen viajar a diferentes tiempos del pasado pero también te hacen soñar en el futuro, sobre todo cuando recorres el camino sola y piensas en que tienes que volver acompañada.

Llegué a Trier de día, pensé que tardaría más en recorrer esta zona, podría haberlo hecho si me hubiera parado a comer en algún restaurante, pero no me gusta comer sola frente a tanta belleza. Hay momentos y lugares que se viven mejor entre dos.




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