Con el foco prendido
- Laura Iñigo

- 19 ago 2015
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 4 abr 2020
A la Montse, mi moto, se le prendió el foco en París. Esa frase de "se me prendió el foco" dejó de ser graciosa en unos instantes.
Ya en casa sana y salvo después de mi aventura parisina, me dediqué a ver el instructivo de la moto y a hacer una investigación exhaustiva en los foros de motos y en cualquier tema de focos en las BMW. Mi conclusión fue que podía ser cualquier cosa, es decir me quedé igual de ignorante, incluso con más dudas.
Pasé toda la tarde buscando información y talleres para la moto, apunté todos los teléfonos y direcciones que me encontré, busqué las frases en francés más adecuadas para expresar mi problema y luego me senté agotada a contemplar la ventana, no había mucho más que hacer un domingo de agosto.

El problema más grave es que no había mucho que hacer en agosto, punto. Fuí descubriendo que ningún taller abriría antes del 24 o 25 de agosto. Asi, con esas noticias ví con desolación como mi viaje se truncaba por el foco prendido.




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