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En Barcelona

  • Foto del escritor: Laura Iñigo
    Laura Iñigo
  • 29 sept 2015
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 4 abr 2020


Me encanta Barcelona, me gusta que haya sido el principio y el fin de este viaje motero. La ciudad tiene un encanto muy particular que no he encontrado en otras ciudades de España. Entiendo que esto se debe a mis lazos con esta ciudad, de aquí era mi socio y amigo Jordi o Lluc como lo conocen por aquí, su mujer Luisa que sigue siendo amiga va y viene y entre los dos me presentaron varios amigos que aún conservo y que son muy cariñosos cuando nos vemos. Aquí reconocí lo libre que era al perder la cabeza por mi amor sin preguntarme nada. Han pasado 7 años, el tiempo vuela y yo sigo feliz. Gracias a esta relación también han surgido muchas amistades queridas, sigo conociendo gente, me encantan los catalanes, bueno algunos, no podemos generalizar. También me gustan mucho los que no son catalanes y han elegido esta ciudad para vivir. Todos están un poco embriagados de Barcelona y tienen un no sé qué que qué se yo.

Los primeros días de mi llegada los dediqué a repara la moto y el pie. Llevé la moto a un taller muy especial, pequeñito manejado por una pareja encantadora. Ellos me la tuvieron lista en 24 horas. Se cambió el sensor y quedó como nueva. Si alguien necesita un taller para BMW en Barcelona les recomiendo mucho este que se llama 2Horas. Tanto Xavi como Conchi son unos profesionales de primera y el servicio es espectacular. Además, me pasaron un dato importantísimo que me resolvió el guardar a la Montse hasta que vuelva el próximo año. He decidido no venderla y tratar de llegar a la boda de mi sobrino en Italia manejando la moto, esta vez pasando como se debe por los pirineos. Así que la Montse está ahora en manos de Anton quien tiene una empresa que renta Triumph tiger y ofrece tours por España y Marruecos, se llama Rent a Tiger.

El Xavi llevando a la Montse a reparar

Entre idas al osteópata y visitas a talleres, conocí gente nueva con la que tuve muy buen rollo, comí y cené con amigos a los que les guardo cariño y con los que siento que la amistad se va afianzando cada vez más, cargué a un bebé delicioso y guapo por horas sin cansarme y ofrecí mis servicios de niñera a los papás siempre que venga a esta ciudad, descubrí el vermut como gran aperitivo y estuve recorriendo barrios e imaginándonos viviendo aquí, cociné y disfruté de lo que fue nuestro hogar por 25 días.

Frente a casa

Me cuesta dejar esta ciudad a pesar de que ya tengo ganas de volver a casa, tengo sentimientos encontrados y solo espero lograr ir y venir por temporadas largas. Aquí quiere vivir Pilar y yo cada vez me siento más atraída por la idea. Ya veremos como se presentan las cosas y lo que podamos lograr. Quizá es muy pronto para hablar sobre este tema pero ya me conocen, no se guardarme nada.

Gracias a todos los que me acompañaron en este viaje, sus comentarios y sus "likes" en facebook así como sus mensajes en el blog me han motivado mucho y en ningún momento me sentí sola. Agradezco su paciencia y ofrezco disculpas por haberlos aburrido, hartado o molestado con mis comentarios. Nadie es perfecto y no soy monedita de oro, es lo que hay como dicen por acá. Seguiré escribiendo cada vez que pueda, quizá ya no tanto sobre viajes en moto pero mantendré el nombre del blog porque al final del día el peinado de motocicleta es vigente y espero que lo sea por muchos años.

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