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Cármen se me perdió la cadenita

  • Foto del escritor: Laura Iñigo
    Laura Iñigo
  • 26 nov 2015
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 4 abr 2020


Hace muchos años empecé a recibir por correo electrónico diferentes tipos de mensajes en donde te describían milagros y te amenazaban con privarte de la generosidad del universo o de dios o del cuerno de la fortuna, si no lo reenviabas a por lo menos 10 personas. Ahora las redes sociales y el tan popular whatsapp han ayudado a la proliferación de estas cadenas creadas por gente muy ociosa y en algunos casos, mal intencionada.

Existen cadenas de abundancia, esas que son para hacer dinero, si no rompo la cadena y lo paso a determinado número de personas milagrosamente recibiré dinero. Casi siempre estas cadenas me llegan de personas que no tienen dinero y que han decidido que la mejor manera de tenerlo es depositar su fe en una cantidad de palabras que construyen un hecho absurdo y esperanzador. Siempre he solicitado a estas personas que me avisen cuando su milagro se haga realidad, hasta la fecha no he recibido ningún notición.

Las cadenas de pánico me parecen muy irresponsables, van creciendo como una ola y las recibes en diferentes versiones, hay mensajes difíciles de comprobar y que se vuelven más populares por lo mismo, son los que te alertan del peligro en los estacionamientos donde te drogan con un perfume o te asaltan vendiéndote trajes de marca, algunos creen que por lo menos la gente abre más los ojos y se mantiene alerta cuando se dirige a su coche en un estacionamiento. Hay otros que pasan del chisme a verdad absoluta mientras se corre la voz como el de la maestra que incita a los niños a meterse cocaína, muchos de estos mensajes comienzan como una broma y terminan causando pánico, un fenómeno social digno de estudio antropológico.

Hay cadenas todavía más absurdas, éstas me provocan mucha risa, son las que nos aseguran que el mundo se va a acabar en determinada fecha o que va a haber un terremoto en las próximas 72 horas que desprenderá la península de Baja California con todo y el Estado de California. Te suplican que transmitas el mensaje para que la gente se prepare (si el mundo se va a acabar ¿Para qué me preparo?). Es sabido que un día habrá un gran terremoto o que el mundo se va a acabar pero no será cuando lo dice un vidente o cuando se publica una nota falsa en un medio opaco. ¡Seriedad señores por favor!

Dentro de la categoría de pánico debo mencionar las cadenas de oración aunque este tema tiene varias ramas. El nuevo método para rezar y salvar almas tiene que ver con la cantidad de "likes" y las veces que compartas al bebé enfermo lleno de tubos en un hospital, eso es tan ridículo como creer en tu horóscopo publicado en la última página del TV Notas. Las personas que comparten estas fotos no solo muestran su amarillismo sino su mal gusto.

El utilizar los acontecimientos actuales de la violencia en el mundo para rezar es muy común, incluso antes de la era digital. Lo que me parece increíble es que se aprovechen de la gente poco informada para crear pánico inventando que el Papa ya dijo que estamos entrando a la Tercera Guerra Mundial y que tenemos que orar porque la Presidenta del Consejo de Seguridad de la ONU, Raimonda Murmokaité oficializó el comienzo de tan temida guerra. No señores, esto no es así, si lo ven en la tele o publicado en internet no quiere decir que sea cierto, hay que verificar la fuente. La ONU tuvo que salir a dar la cara y a decir que no es cierto a pesar que sus estatutos consideran que cuando cinco o más países se unen contra otro ya se puede considerar la guerra mundial.

Si nos basamos estrictamente en los estatutos de la ONU, lamento decirles que llevamos 12 años de Guerra Mundial a partir de la invasión a Irak por parte de Estados Unidos en el 2003. Hay que recordar que el Sr. Bush invitó al Reino Unido, España, Portugal, Italia, Polonia, Dinamarca, Australia y Hungría a formar la desafortunada "Coalición de la voluntad" haciéndonos creer que Irak tenía armas nucleares y químicas y que era un peligro para el mundo entero.

Se que soy una mujer de poca fe, más bien de nula fe, pero hay mensajes que van más allá de lo irracional y es por eso que cada vez que recibo una cadena la tiro después de reírme un rato y, en algunos casos desmiento lo dicho en un intento de parar tanta manipulación. Al final la gente cree lo que quiere creer y ahí no hay nada que hacer, me resigno a tirar la basura y me consuelo cantando la clásica cumbia colombiana que dice así: "Carmen, se me perdió la cadenita con el Cristo Nazareno que tu me regalaste Carmen." Por lo menos esta cadenita me pone a bailar que es lo que le hace falta a este mundo, menos pánico y más cumbia.

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