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Adiós al 2020

  • Foto del escritor: Laura Iñigo
    Laura Iñigo
  • 1 ene 2021
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 14 ene 2021

Hoy nos despedimos del 2020, el año tan diferente a todos los vividos. ¿Quién iba a decir que nuestro deseo para el próximo año es que lleguemos sanos y que sea un año normal?Siempre hemos deseado lo primero pero nunca lo habíamos hecho con tanto énfasis y nunca se nos había ocurrido desearnos un año normal.

En este año hemos tenido acontecimientos como cualquier otro año, la diferencia es que lo hemos vivido desde casa, con el virus acechando nuestros miedos, desde la introspección de nuestras paredes, sumando valores a cosas que antes consideramos sin importancia, restando prioridad a lo que realmente no importa.

Este 2020 nos ha sorprendido y nos ha mantenido a la expectativa, con incertidumbres, con muchos miedos nuevos, con viajes y retornos aplazados, situaciones duras con grandes pérdidas en todos los sentidos, el valor a la vida ha tomado una dimensión diferente para todos.

Hemos afrontado estos momentos desde perspectivas diferentes. Todavía veo gente que a estas alturas se siente inmortal, sobre todo a los más jóvenes, creen que el virus no les hará nada o poca cosa, por eso se exponen, por eso exponen con tanta inconciencia a los suyos, por eso se van muriendo sin saber bien a bien cómo se contagiaron. A pesar de que las autoridades en casi todo el mundo se han cansado de repetir que nos quedemos en casa, siempre hay un pariente que piensa que por ver a un amigo en un café no pasa nada. En el otro extremo están los que no pueden darse el lujo de quedarse en casa y que tienen que salir para llevar comida a los suyos, en este año los hemos valorado más, los repartidores, los custodios, los cocineros, los choferes y un infinito etcétera han permitido a otros más privilegiados a recibir sus comidas, el súper, sus medicinas y hasta sus regalos. A estos trabajadores les agradezco mucho su labor tan preciada en este año.

Gracias infinitas a los héroes que han estado al frente luchando contra este virus, a todo el personal de salud de todo el mundo, les deseo que todo lo que han hecho se les regrese por mil. Se merecen que los gobiernos tomen en cuenta su labor, que inviertan más dinero en estas instituciones y que les den un salario digno a todos, desde los que forman parte del aseo de hospitales hasta los especialistas de renombre, todos merecen respeto, reconocimiento y varios monumentos.


Supongo que casi todos hemos pasado por la perplejidad y las falsas esperanzas de que el virus terminaría en unos meses, hemos tenido alegrías y decepciones, altibajos de todo tipo. Algunos han perdido a sus seres queridos, otros han perdido trabajo, proyectos y dinero, los más afortunados han perdido tiempo y oportunidades de viajar y comer fuera, todos nos hemos quedado con ganas de disfrutar más a los seres queridos. Las parejas han sufrido, se han desgastado por pasar tanto tiempo juntos, o se han olvidado de lo que eran por pasar tanto tiempo separados, algunos han superado crisis y otros han sufrido violencia y malos tratos, no ha sido nada fácil. Tampoco la han pasado bien los solteros que estuvieron meses solos sin ver a nadie, algunos disfrutaron la soledad pero todo tiene un límite. Ha sido muy duro para los ancianos que han estado aislados y algunos murieron sin poder despedirse de su gente. No, no ha sido fácil para nadie.


Con todo, hemos tenido nuestras alegrías, por lo menos para los que pensamos que siempre es mejor contar con gobiernos más conscientes que, bien o mal, siempre verán más por los que menos tienen y en este año de virus, nunca mejor dicho, nos deja respirar un poco. Este año también nos dejó ver a Trump perder en repetidas ocasiones haciendo berrinches ante su derrota, volvemos a respirar con la llegada de alguien más coherente al poder en un país tan importante de América del Norte. Y el hemisferio sur nos conmovió hasta las lágrimas con el triunfo del aborto legal en Argentina poniendo un ejemplo y motivando a los demás países latinoamericanos a seguir ese camino para que no mueran más mujeres. ¿Qué espera Morena para aprovechar la mayoría en el Congreso?

En cuanto al medio ambiente, con el mundo en pausa por el virus, la contaminación bajó, le dimos un descanso a la tierra que no durará mucho pero algo seguro ayudó, por lo menos a crear conciencia de lo que pasa cuando el depredador número uno de la tierra se queda en casa.



En lo económico, las videollamadas se volvieron cotidianas y las empresas como Zoom hicieron su agosto y su septiembre y todos los meses del 2020. Si tuviera una bolita mágica para haber invertido en su momento, pero ya sabemos que los hubieras no existen. Yo hubiera hecho tanto que para que les cuento, pero como no existe ni para qué contarles.

El oro cayó y la bolsa también, pero el bitcoin llegó a sus mínimos en años y luego alcanzó su máximo histórico hace unas semanas, y sigue a la alza. Para los que creyeron en él, muchas felicidades, una alegría más.


En el plano personal he pasado por un poco de todo, por la alegría de haber sido parte de cambios sustanciales en nuestra comunidad, de conocer más a nuestros vecinos, por la desilusión con gente muy cercana que ahora ya, desafortunadamente la veo a distancia, por la dicha de haber estado aquí para intercambiar emociones y risas con mis sobrinas esperandolas con los brazos abiertos y el hombro para recibir sus lágrimas y sus frustraciones, y verme reflejada en ellas. He pasado por el entusiasmo de nuevos proyectos y la frustración de ver algunos truncados. He derramado muchas lágrimas ante la desazón, he disfrutado a mis amigas y les agradezco haberme dedicado tiempo para quererme, escucharme, abrazarme con distancia y darme consejos. He echado de menos a amigos con los que no pude convivir en este año y espero recuperar el tiempo perdido pronto. Me quedo con todo, con el tiempo invertido en mi y en otros, con lo único que no me gustaría quedarme es con los kilitos que le sumé a mi cuerpecito por estar encerrada y ansiosa y aburrida.


Aún tenemos la esperanza que el 2021 será un año más normal, no nos hagamos falsas ilusiones. La vacuna ya llegó pero faltan varios meses y creo que el 2020 nos marcó lo suficiente como para saber que no regresaremos a lo que conocíamos como normal, será un año diferente, una vida diferente. Muchos trabajarán más desde casa, verán más a su familia (o dejarán de verla), valoraremos más los momentos familiares y con las amistades, cuidaremos más nuestra higiene (hasta que nos olvidemos del virus) y procuraremos ganar el tiempo perdido. Seguiremos usando las videollamadas para conectar con gente que se encuentre lejos y, si tenemos suerte, nos volveremos más conscientes del valor de un sistema de salud gratuito y eficiente que tanta falta le hace a varios países, a la mayoría.


Les deseo salud y bienestar, que puedan cumplir sus sueños, sus proyectos y sus metas. Gracias por leerme.

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