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Hay Marchas y Marchas

  • Foto del escritor: Laura Iñigo
    Laura Iñigo
  • 12 sept 2016
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 4 abr 2020


Ya se dieron cuenta que no he podio mantenerme callada en las redes sociales ante la marcha del 10 de septiembre convocada por "El Frente Nacional por la Familia". Me parece que toca escribir lo que siento, expresar mi inquietud, una mezcla de sentimientos encontrados entre el enojo y la tristeza al ver la cantidad de gente que, acompañados de la ignorancia y de argumentos sin fundamento, han decidido abanderar esta marcha disfrazada de buenas intenciones.

He recibido poca retroalimentación a mis preguntas, no han sabido qué contestar y los que responden lo hacen con un discurso poco convincente, no porque no me guste lo que dicen sino porque no tienen fundamentos suficientes o son respuestas rellenas de incongruencia. Un ejemplo: "No odio a los homosexuales pero marcho porque amo a mi país" (elija la cara de "¿What?" que más le guste). Me parece maravilloso que amen a su país pero para eso habría que salir a la calle a exigir a la clase política que roba y abusa de los ciudadanos a respetar la ley y a usar el erario en salud, educación y servicios públicos, no en casas blancas y demás etcéteras. También dicen que quieren recuperar su espacio público, pues no hay necesidad de marchar para eso porque hasta donde sé nadie les prohíben caminar por el país libremente.

Una de las respuestas más escuchadas en estos días es que llevan años soportando la colorida marcha de los LGBTYQ y que tienen derecho a manifestarse por la familia. ¡Adelante! Creo que en un país libre y democrático todos tienen derecho a marchar, nadie les prohíbe cantar canciones al Papa y abarrotar las calles para saludarlo con sus banderas del Vaticano como nadie prohíbe a los gays salir a la calle y cantar canciones de Madonna o de Thalía con sus banderas de arcoíris (y ni crean que me gustan pero las respeto igualmente).

Como si quieren salir a marchar para que no les pidan una cartulina blanca en los colegios el fin de semana porque nadie se acuerda y ninguno quiere salir un domingo a las 10 de la noche a buscarla. Todos podemos marchar por lo que se nos de la gana, sobre todo si algo nos molesta y nos afecta, pero si sólo se trata de afectar a otros por gustos o creencias entonces deberíamos tener más cuidado. A mi no me gusta la pobreza, me encantaría que desapareciera, pero no salgo a manifestarme en contra de los pobres o a pedir que modifiquen la Constitución. No tengo nada en contra de ellos, y es que pobres pobres...(véase como sarcasmo puro).

Hay marchas para todo, para exigir renuncias de funcionarios, para pelear por los derechos de los maestros, para manifestar nuestra indignación ante la falta de justicia, por los niños muertos en una guardería o por 43 estudiantes que se esfumaron en una noche. A muchos no nos gustarán todas las marchas y sí, en esta ciudad desquician el tránsito y terminan por enojar a muchos, pero nadie les niega el derecho a manifestarse.

Entonces, ¿Porqué me causa tanto ruido una marcha por la familia si yo amo a mi familia? Pues porque no estoy de acuerdo en ninguna marcha que fomente la discriminación. No solo me causa ruido sino tristeza porque muchos de mi familia están a favor de esta marcha, algunos lo dicen abiertamente, otros se lo callan pero como dijo Juan Gabriel, lo que se ve no se pregunta. También me consta que hay muchos que la critican y eso me regresa la alegría y la esperanza. Por lo menos me quedo tranquila sabiendo que los niños, ahora adultos jóvenes, que fueron influenciados (o afectados, depende como lo vean) por mi, son independientes, cultos, informados y sobre todo, gente de bien; y sé por su propia boca que no irían ni por error a una marcha que nos regresa tres siglos.

No me parece que la gente salga a la calle a exigir lo que tanto trabajo ha costado alcanzar en este país tan tradicional, la igualdad de derechos. El salir a pedir que les quiten derechos a las personas que no piensan o no son como ellos me parece ofensivo, y esto es lo que quiere el "Frente Nacional por la Familia". Sí, a eso salieron a marchar, a pedir que no se implemente la iniciativa del presidente sobre la legislación nacional del matrimonio igualitario, a que se prohíba la adopción a personas del mismo sexo y a que no se reforme el artículo 4to constitucional donde se establece el concepto de “familia”. Así que dejemos tanto rollo a un lado y llamemos a las cosas por su nombre, los que salieron a marchar no consideran a los homosexuales sus iguales y por ende no pueden ni deben tener los mismos derechos. Vaya vaya, eso es como salir a marchar a favor de la segregación racial, algo que parece inaudito en estos tiempos cuando el Presidente de la primera potencia mundial es negro. Y que sin embargo sigue sucediendo continuamente en este País tan lleno de racismo, pasa cuando miran con deprecio a una indígena en un centro comercial y la invitan a salir. Que monos somos.

Sigo sin entender porque en una marcha a favor de la familia se utilizan palabras como "querer proteger a los niños buscando un mejor país". ¿De quién o de qué protegen a los niños? ¿Cómo se logra un país mejor fomentando el odio y la discriminación? Muchos de los que marchan guardan mentiras de familia que han tenido que soportar y tragar: vienen de casa chica, tan común en este país, o fueron educados por sus abuelos por abandono de sus padres, hay otros que sufrieron abusos sexuales, ausencias indefinidas del padre o la madre, abuso intrafamiliar, incluso algunos cuantos, los más desgraciados, pasaron por el deseo homosexual de juventud que supieron contener en su momento porque su religión no lo permite, etc. A pesar de haber sufrido una o varias de estas agresiones, muchos son ahora adultos que han sabido superar lo que les tocó vivir y ahora defienden sus principios morales y sus creencias, no dudo que muchos los lleven a raja tabla. Entonces,¿Porqué cuesta tanto entender que los niños no van a dejar de ser lo que ya son?

Ustedes, padres amorosos y responsables que educan y protegen a sus hijos brindándoles amor y principios, seguramente lograrán que sus hijos sean personas valiosas pero no podrán evitar que su hijo o hija sea o no homosexual, y eso, aunque lo diga este Frente que los convocó a marchar, no se quita ni se revierte. Lo siento pero ya está comprobado. Como lo está el que una pareja de homosexuales pueda educar y criar a sus hijos, adoptados o no, sin repercusión alguna. Está claro que los homosexuales que llevan años viendo a un hombre y una mujer besándose y amándose en el cine, la televisión o la calle, no han cambiado de opinión. ¿Porqué pensar que sus hijos heterosexuales van a cambiar de opinión al ver a dos hombres o mujeres besándose?

Me responderán que no es natural, que Dios (el suyo de ustedes) nos creó para que un hombre esté con una mujer. Pero qué creen, en el mundo animal, ese al que también pertenecemos los humanos, hay 1500 especies animales que tienen comportamiento homosexual tanto en sus relaciones sexuales como en el cortejo y en la crianza de los hijos. Más natural que eso no puede ser.

No entraré en argumentos bíblicos, cada quien su fe y sus creencias que tampoco pueden ser impuestas a nadie, la ley de tu dios no es la ley que rige mi país. Así de simple.

Hay puntos en los que coincido plenamente con de los argumentos que me han dado, claro que añadiría la congruencia. Yo también saldría a marchar porque vivo en un país adolorido, lastimado y quiero que mejore (por eso le abro las puertas a la diversidad). Porque creo en la educación laica (que cada familia se dedique a inculcar a sus hijos sus creencias en su casa sin esconderles una realidad que siempre ha existido). Saldría a marchar para proteger e impulsar a la familia, todas las familias, a darle amor a sus hijos y a ser lo más importante en su educación

(por eso pienso que es mejor que un niño esté con una pareja homosexual a estar en la calle o en un orfanato), y porque tengo la libertad de exigirle al gobierno que no me quite mis derechos y que cumpla con sus obligaciones. Lo que me impide salir a la calle es que nunca, nunca marcharía para borrar los derechos que la Constitución nos da a todos como ciudadanos.

Aprovecho para abrazar a mis amigos gays y hetéros, a mi familia la que marcha y la que no. Love is Love y todos somos familia.

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