Adios 2016
- Laura Iñigo
- 31 dic 2016
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 abr 2020

Este año nos sorprendió con una serie de sucesos que invadieron nuestras vidas y desmoronaron muchos días. Sufrimos varios eclipses en los días más soleados y tuvimos que tragar mucho dolor cuando ya estábamos empachados.
Hablo en plural porque parece que muchos de mis amigos y conocidos han padecido, de una u otra forma, este año tan miserable. Hay unos afortunados, pocos, que han tenido más alegrías que tristezas y a ellos los felicito, comparto su alegría y hasta los envidio de alguna forma. Espero de corazón que sigan con la buena vida. A los que sufrieron pérdidas, rupturas, cambios inesperados, accidentes y demás solo los abrazo con esa fuerza solidaria de consuelo y de complicidad esperando que el 2017 nos compense con alegrías y oportunidades para reír y celebrar.
En el 2016 compartimos muchas lagrimas por seres queridos, familiares y demás amigos entrañables que murieron inesperadamente o se fueron apagando poco a poco. Hubo lagrimas solidarias por amores que terminaron, por sueños frustrados, hasta por ídolos muertos, la música sufrió muchas pérdidas por cierto. También compartimos sustos con enfermedades, ingresos a hospitales y otros sucesos desafortunados menos personales pero que nos traen consecuencias a todos, como las guerras estúpidas que matan gente, niños sobre todo, o el triunfo de seres despreciables como Trump que nos recuerdan la involución de la humanidad.
El mensaje es claro, la vida es frágil y la existencia tiene fecha de caducidad. Es precisamente este mensaje el que nos provoca vivir con más intensidad, a luchar con más fuerza y a buscar el bienestar en donde queramos, sin importar si esa satisfacción del buen vivir se encuentra en un nuevo hijo o en una pierna de jabugo. Cada quien sus gustos y sus necesidades.
Es quizá una tontería creer que mañana todo será diferente, que seremos felices y el mundo cambiará. Muy difícil comerse esta fantasía cuando lees hacia donde nos llevan nuestros dirigentes en Europa, en México, en Estados Unidos o en Oriente. Nos aferramos a la esperanza que a pesar de todo podemos tener una mejor vida en este año que comienza mañana.
Adiós 2016, te despido con discreción, no vaya a ser que te quieras quedar, y no me importa mostrarte las ganas que tengo de que te vayas.
Un abrazo a todos con los mejores deseos.
Comments