No me gusta la Navidad, llevo años que no le encuentro la gracia. En esta Navidad además estoy sola. Sin plan y con pocas ganas de ver gente, decidí salir de ruta por primera vez después de varios meses.

Fue planeada y recorrida solo por mí. Diseñé una ruta de contemplación necesaria para estos momentos, pensé que habría poca gente en la calle y que podría gozar de los caminos de una forma casi exclusiva pero no fue así, los ciclistas se empeñan en ser los más fanáticos de su deporte y no los detienen ni los días de guardar, ni las bajas ni los caminos maltrechos.

Subí una montaña y pude ver los Pirineos, respiré aire puro y muy frío, crucé pueblos y varias colinas, cruce ciudades, por fin conocí Terrassa aunque no me bajé a recorrer el centro. Ya lo haré en otro momento, cuando me sienta más tranquila, más ubicada. Y es que cuando estoy triste, melancólica y meditativa, donde mejor me encuentro, donde no me siento tan perdida, es en la carretera subida en la moto con el viento pegando en mi cara.

La ruta fue un regalo navideño, cumplió su propósito y me dejó con ganas de salir más a menudo.

#moto #Cataluña