Por primera vez me aventuré a salir con un grupo de moteros desconocidos, busqué en google y me encontré con muchos solitarios buscando a alguien para salir a dar una vuelta. Este grupo pequeño en donde solo 2 de 5 se conocían fue un gran inicio para perderle el miedo a salir con gente que no conozco. Es una manera de asegurar salidas frecuentes y no tiene que haber más afinidad que las ganas de recorrer caminos.

Salimos a las 8 de la mañana con un frío intenso, es la primera vez que siento las manos entumidas por el frío, ahora entiendo porque los puños de la moto tienen calefacción, aunque no sirven de mucho cuando la temperatura del ambiente marque 4 grados centígrados.

Nuestro líder (suena a secta, pero no se asusten, así se les dice a quien planea y organiza la ruta) nos llevó a Tossa de Mar, una población al lado del mar con un castillo amurallado, es una de los destinos de la Costa Brava y se encuentra a 80 kilómetros de Barcelona, pero si se buscan rutas alternas para motos puede tomar hasta dos horas llegar al destino. Paramos a tomar algo en un café donde se reúnen muchos moteros, no tiene nada en particular, es un bar más bien feo pero que cuenta con un espacio enorme para las motos ya que está justo al lado de la estación de autobuses. Seguramente por eso es tan popular.

Les comparto esta información inútil pero curiosa sobre esta ciudad:

Marc Chagall veraneó aquí en los años 30 del siglo pasado.

Ava Gardner estuvo por aquí filmando en los años 50.

Playa del Carmen es la ciudad hermana de Tossa de Mar.

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